¿Por qué esa manía de Marca con las muecas?
Con Cristiano lo tienen fácil, porque es muy dado a los aspavientos. Pero aun sin ellos, es así con todos. La foto de hoy con el Kun Agüero es especialmente mala: parece que esté rebuznando.
Con Messi también pasa, y hoy es la prueba. Aunque menos. Messi siempre está sonriendo, el puñetero.
Me gustaría pensar que es por eso por lo que no les acaba de gustar el argentino a los chupatintas de Marca: ellos prefieren el sufrimiento, la épica, el dejarse la piel.
No les gusta que parezca que lo haga todo demasiado fácil.
Prefieren el teatro, la escenografía, la fotografía, la emoción, el aspaviento. Como elección estética y como preferencia es una opción perfectamente legítima.
Este no es el problema.
Es que además estén radicalmente en contra de todo aquello que no prefieren.
En ambas cosas, y en su manía atribuir los éxitos de un colectivo a un sólo líder absoluto, se parecen a cierto movimiento político autoritario del primer tercio del siglo pasado. Y por desgracia no son estas las únicas coincidencias.
Y no lo digo sólo por las fotos. Ni por el caudillismo. Ni porque a veces se metan en política de manera poco sutil.
Es por el desprecio a quien no ondea su misma bandera. La obsesión por la que el sentir de la mayoría tiene valor de verdad y es indiscutible.
Y aunque no parezca obvio, por el uso constante de la polémica. No en vano la palabra griega de la que viene, en otra lengua indoeuropea nos ha dado bellum, guerra. La busqueda del enfrentamiento. En el cual pretenderán vencer por virtud de la superioridad numérica y de la violencia a la que llaman con constante tira la piedra y esconde la mano.
Este movimiento político tenía un estilo particular, que Inda acusaba a cierto entrenador de utilizar al atacarle.
Es un movimiento cuyo nombre se ha convertido en la boca de los legos en insulto y sinónimo de infamia. Pero que aplicado a Marca, parece por lo expuesto, bastante adecuado.
Se llama fascismo.
Tengan todos un buen fin de semana.
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